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El Neolítico en la comarca de Antequera-Málaga |
La cueva de El Toro evidencia
un modelo de ocupación ganadera singular en el territorio andaluz, que se
desarrolla desde el segundo cuarto del VI hasta el II milenio a.n.e. (fechas
calibradas), más evidencias de ocupación puntual a lo largo de los milenios
posteriores, hasta época hispanomusulmana.
Su ocupación está
determinada por una comunidad que va a mantener una estrecha relación con
ella, ya sea ocupándola de manera estacional o periódica. Aunque a lo largo de
la habitación se va a comprobar que tiene un alto nivel de desarrollo técnico
–manifestado en un fuerte grado de control de los procesos técnicos y un
destacado conocimiento de las posibilidades que ofrecen las materias primas
disponibles en la zona para su transformación-, su actividad económica
esencial estará muy vinculada con las estrategias de explotación
agropecuarias, con especial incidencia en las ganaderas.
Equipo |
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Dimas Martín Socas |
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Mª Dolores Cámalich Massieu |
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Pedro González Quintero |
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Esther Chávez Álvarez |
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Ramón Buxó i
Capdevila |
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Pilar Cáceres Misa |
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Jean Claude Echallier |
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Amaya Goñi Quinteiro |
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Juan Manuel Guijo Mauri |
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José
Manuel
Hernández Moreno |
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M.
Mañosa |
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Eusebio Moreno Alonso |
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Teresa Orozco Köhler |
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Miguel Angel Paz |
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María Oliva
Rodríguez Ariza |
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Amelia del Carmen Rodríguez Rodríguez |
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Mónica Tusell |
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John Watson |
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Excavación Arqueológica en la
Cueva de El Toro |
1977, 1980, 1981, 1985 y 1988 |
Prospección Arqueológica de la
Sierra de El Torcal |
1985 y 1988 |
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Quinta da
Queimada |
Estudio de
asentamientos con mehires decorados con símbolos recurrentes en el Algarve
Occidental, donde la distribución intra site de los menhires ha
permitido analizar la dimensión de los poblados y sus características,
sugiriendo que se tratarían de grandes asentamientos dispersos y estables. La
serie de dataciones realizadas muestra que éstos se desarrollaron desde fines
del VII milenio ANE, es decir en un momento anterior a las primeras
evidencias disponibles de cereales domesticados en la Península Ibérica, lo
que sugiere la independencia entre los orígenes de la sedentariedad y
diferenciación social, fenómenos usualmente descritos como “social
complexity”, y la produción de cereales en el extremo suroeste.
La
uniformidad general en la producción de los menhires y su dispersión sugieren
la existencia de una entidad social concreta que ocupó un territorio
discriminado y explícito de 1000 km², con profundas alteraciones sobre al
medio ambiente. En él, la recurrencia simbólica y distribución de los menhires
permite inferir la división de esa entidad social en grandes linajes
plurilocales dispersos sobre todo el territorio, que implementaron las
primeras formas históricas de concentración y disposición de la fuerza de
trabajo.
Equipo |
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David Calado Méndes |
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María Dolores Cámalich Massieu |
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Pedro González Quintero |
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Dimas Martín Socas |
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Francisco Nocete Calvo |
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José Ramos Muñoz |
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Mario Varela Gomes |
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Excavación en el Poblado de
Quinta da Queimada |
2001 y 2003 |
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